Elaborado con huesos de pollo y vacuno provenientes de ganadería regenerativa del sur de Chile, Bonday mezcla también verduras y especias aptas para dietas bajas en FODMAP, logrando una fórmula rica en colágeno y aminoácidos esenciales, sin conservantes ni aditivos.
La historia de este innovador producto comenzó con una convicción personal: “la alimentación impacta directamente en cómo nos sentimos”, explica Cecilia. Bajo esa premisa, se propuso facilitar el acceso a un alimento denso en nutrientes, reconfortante y sustentable. Así nació Bonday, un caldo en polvo que se disuelve en agua caliente y ofrece los mismos beneficios funcionales que el tradicional, pero con la velocidad y portabilidad que exige la vida moderna.
Para hacer realidad esta propuesta, Cecilia encontró en CeTA un aliado estratégico. El Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria fue clave en todo el proceso: desde la definición del flujo de producción hasta los estudios de vida útil y validación nutricional.
Lograr un polvo que mantuviera el sabor y los nutrientes del caldo casero, sin aditivos, fue uno de los mayores retos técnicos, y CeTA fue crucial para sortearlo.
“Llegamos a CeTA buscando un entorno técnico de excelencia. Su experiencia y visión de apoyo a la innovación alimentaria fueron fundamentales para superar nuestros desafíos” (…) CeTA nos ayudó con toda su experiencia para lograr un polvo instantáneo que conserve el sabor y beneficios del caldo casero”, cuenta la emprendedora.
Hoy, Bonday está cerrando su fase de prototipado con la primera producción piloto en marcha, definiendo el empaque definitivo y lista para entrar en preventa lo antes posible. El plan es ambicioso: comenzar con dos variedades, llegar a tiendas especializadas y luego escalar al retail y la exportación. Con más de 15 productos en carpeta, Cecilia y su equipo —liderado exclusivamente por mujeres— apuestan a posicionar la proteína de caldo de hueso como un ingrediente versátil, sustentable y con enorme potencial para Chile.
“Creemos firmemente en el potencial que tiene la proteína de caldo de hueso, al ser una proteína que se obtiene de manera sustentable, de origen trazable y regenerativo”, sostiene Cecilia.
Más que un producto, Bonday es una declaración de principios. Revaloriza subproductos de la industria cárnica, impulsa la economía circular y promueve una alimentación consciente. Y desde CeTA, ese propósito encontró el espacio perfecto para hacerse realidad.
“Queremos generar impacto positivo en la salud de las personas y en el medio ambiente (…) Este proyecto es una forma concreta de generar impacto positivo en la salud de las personas y en el medio ambiente” cierra Hernández.