Entre marzo y junio de este año, se llevaron a cabo cuatro rotativas de estudiantes de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Central, quienes asistieron dos veces por semana bajo la supervisión de la profesora Daniela Cuitiño. Participaron en dicha oportunidad de prácticas los estudiantes Monserrat Campusano, Nicolás Bravo, Dabne García, Giselle Hidalgo, Andrea Peralta, Catalina Muñoz, Sasha Rojas y Jhade Saavedra.
Para la profesora Cuitiño, esta experiencia fue clave: “La experiencia ha sido muy enriquecedora para los estudiantes, ya que logran vincular teoría y práctica en un entorno real de innovación”. Además, valoró el ambiente de aprendizaje generado en la planta: “Las docentes del centro son muy atentas y comprometidas, lo que genera un ambiente de confianza y guía constante”.
Francis Alfaro, directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Central, también destacó el impacto formativo de esta colaboración:
“Como institución y como carrera, valoramos profundamente el recibimiento, la disposición y la experiencia formativa que brinda CeTA Alimentos a nuestros estudiantes en formación (…) Este tipo de colaboración fortalece el aprendizaje práctico y el compromiso con una formación de calidad, aportando significativamente al desarrollo profesional de nuestros futuros nutricionistas”.
Por su parte, la Universidad de La Serena desarrolló su práctica profesional entre el 2 de enero y el 12 de marzo, con la participación de la estudiante Anais Nievas, de la carrera de Ingeniería en Alimentos, acompañada por la académica Katia Rodríguez González. Esta práctica permitió a la estudiante involucrarse en todo el proceso de desarrollo de prototipos, desde la formulación inicial hasta el diseño del producto final.
“La práctica en CeTA le permite al estudiante desenvolverse en un área muy importante dentro de la carrera, como es el desarrollo de prototipos”, señaló Rodríguez. Asimismo, destacó el entorno de aprendizaje que ofrece el centro: “El CeTA es un semillero, en donde se pone a prueba a los estudiantes en sus capacidades y conocimientos, potenciando las destrezas y aportando herramientas para enfrentar el campo profesional”.
Ambas instituciones coincidieron en que este tipo de experiencias ayudan a responder a desafíos clave en la formación profesional, como la escasa experiencia en planta, la necesidad de aplicar protocolos reales o la importancia del trabajo interdisciplinario. “Llegamos a CeTA a través de redes institucionales y por el interés compartido en fortalecer la formación tecnológica en alimentos”, comentó Daniela Cuitiño. En tanto, Katia Rodríguez recordó el inicio de esta relación colaborativa: “El gerente general Jean Paul Veas nos visitó para vincularnos y apoyarnos en la entrega de soluciones tecnológicas en el área de los alimentos, pensando también en nuestros estudiantes”.
Con infraestructura de nivel industrial, equipos técnicos de alto nivel y un enfoque práctico aplicado, CeTA Zona Norte se consolida como un espacio clave para articular innovación, desarrollo productivo y formación de capital humano avanzado en la Región de Coquimbo.