El programa Cocina Lab, de nTV, mostró cómo descartes de hortalizas y frutas del Mercado Lo Valledor se convierten en una sopa y una compota creadas en la planta de CeTA en el Parque Tecnológico Laguna Carén.
Cada año 1.300 millones de toneladas de alimentos se van a la basura en el mundo, según datos de la FAO. En Chile, un proyecto de la Universidad Bernardo O´Higgins (UBO), el Banco de Alimentos del Mercado Lo Valledor y el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), está contribuyendo a reducir el desperdicio de alimentos en Chile, convirtiendo en sabrosas preparaciones verduras y frutas en buen estado que antes se desechaban.
El proyecto se presentó en el capítulo “¿Qué nos aportan las frutas y verduras?”, del programa Cocina Lab, conducido por la periodista científica Andrea Obaid y el biólogo celular Alejandro Roth y que se transmite a través del canal cultural público nTV .
“En 2019 recuperamos más de 800 toneladas de alimentos, entre frutas y verduras, lo que equivale a 5,8 millones de raciones de alimentos que antes se iban a la basura”, dice en el programa Hugo Espinosa, director de la Fundación Banco de Alimentos de Lo Valledor.
Esta institución recibe las
donaciones de vegetales de locatarios del mercado, las que luego se convertirán
en saludables platos que se entregan a centros de adultos mayores y niños y niñas
en situación de vulnerabilidad.
En la planta de CeTA en Laguna Carén, los descartes de frutas y hortalizas se procesan para producir sopas y compotas. Las analistas de desarrollo de productos del centro, Débora Rojas y Jessam Marín, destacan el aporte de fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales que aportan las hojas, tallos, pulpa y cáscara de los vegetales que se evitó descartar.
Jean Paul Veas, director ejecutivo de CeTA, subraya que el uso de la tecnología no solo permite crear alimentos nutritivos y sabrosos. En su producción, señala, son también fundamentales “conceptos de economía circular y sustentabilidad”.
Los sellos de advertencia “Alto en”, que son
posibles de encontrar en una gran cantidad de alimentos envasados, han provocado un cambio en la
conducta de los consumidores que en la actualidad va más allá de fijarse si un
producto tiene mucha azúcar o sal.
Esta ley, que entró en vigor en el año 2016, tuvo un comienzo difícil,
ya que no sólo la industria alimentaria puso reparos por los exigentes límites
que se imponían, sino
que también las personas desconfiaban de que este tipo de medidas pudieran
cambiar sus hábitos de consumo de
manera eficaz.
A cinco años desde su aplicación,
la presencia de estos sellos
ha provocado una serie de cambios en la industria: por una parte, los
productores de alimentos, grandes y pequeños pudieron reformular algunas de sus productos para evitar un etiquetado riesgoso,
ofreciendo alternativas e innovación en diversos alimentos; por otra, los
consumidores comenzaron a elegir aquellos productos con menos sellos, cambiando
su conducta y sus hábitos alimenticios.
El éxito del proceso llevó a que
otros países replicaran la medida, como México, Perú e Israel, mientras que otra veintena estén en proceso de estudio de estos
casos para implementar regulaciones similares.
Volviendo a nuestro país, el
precedente que marcaron las etiquetas también provocó que un grupo de
parlamentarios presentara un proyecto de ley para identificar alimentos
veganos, es decir, aquéllos que en su formulación no poseen ningún ingrediente
de origen animal o derivado de éstos. Este tipo de alimentación, que ha ido creciendo año a año entre
la población a nivel mundial,
responde a una necesidad por contar con alimentos nutritivos que estén elaborados con materias
primas alternativas a las
fuentes animales, que a la vez sean percibidos como saludables y sabrosos por
parte de los consumidores que demandan este tipo de productos.
Por otra parte, los conceptos de “etiquetas
limpias y claras” se están posicionando con fuerza y
están cobrando cada vez más relevancia a nivel mundial, en donde Chile tampoco es la excepción. Si
bien existen distintas interpretaciones de estas ideas, en términos generales
se trata de que los alimentos contengan sólo los ingredientes estrictamente
necesarios para su desarrollo y que además ellos sean claramente conocidos o
identificables por parte de los consumidores. Esto implica una demanda
creciente por ingredientes obtenidos de fuentes naturales para lograr el
reemplazo de aditivos de origen sintético, sin pérdida de sus propiedades,
tanto nutricionales como tecnológicas y organolépticas.
De esta forma, la innovación en
alimentos adquiere un sentido mucho más amplio que el solo “crear alimentos
llamativos y sabrosos”, ya
que la tendencia muestra que la diversificación de
ingredientes y materias primas va en aumento. Esto se sustenta en que cada vez
hay una mayor demanda de los consumidores por alimentos formulados para cubrir cada una de sus
necesidades específicas, que se perciban como más naturales, capaces
de ayudar a su salud y bienestar,
que además apunten a que las compañías ejerzan una responsabilidad desde el punto
de vista ético, social y medioambiental.
La mayor
fuerza motriz hacia las innovaciones viene de la mano del ecosistema del
emprendimiento, que ha sabido detectar las necesidades del mercado y
transformarlas en productos con interesantes propuestas de valor. Sin embargo,
en muchas ocasiones se deben enfrentar brechas técnicas, como el suministro de
ciertas materias primas de especialidad, así como aspectos regulatorios que han
debido superar para avanzar. Esto también ha constituido desafíos importantes a
nivel país que han incentivado a las empresas de mayor tamaño a sumarse a esta
dinámica de innovación y a que existan diferentes focos especializados, tales
como son los centros que CeTA tiene a lo largo de Chile.
La información contenida en las etiquetas de los
alimentos responde a una tendencia que claramente llegó para quedarse, y
no solo a nivel local, sino que mundial. Por eso es importante que como país
continuemos impulsando la innovación en la industria, para consolidar el
reconocimiento que Chile ha logrado con políticas públicas como la ley de etiquetado y publicidad de alimentos.
Hace pocos años no era fácil encontrar en cadenas
de supermercados productos alternativos a la hegemónica carne, haciendo difícil
para los consumidores contar con alternativas asequibles y variadas para
modificar su dieta. Hoy el panorama es distinto: en conmemoración de un nuevo
día del veganismo (1 de noviembre) es posible apreciar una oferta cada vez más
consolidada que se sustenta en dos pilares. Por una parte, la cada vez más
frecuente incorporación de tecnología y, por otra, un cambio cultural en la
población que ve con interés su potencial.
Jazmín Silva, creadora de Las Cocineras Metaleras
(@lascocinerasmetaleras), señala que cuando decidió dejar fuera de su plato
todos los ingredientes de origen animal, hace ya 16 años, el veganismo era algo
desconocido para la sociedad chilena. “No podías ir a un restaurante y
preguntar por alternativas veganas; al final era más fácil pedir un salteado de
verduras sin mantequilla. Tú ibas a comer sabiendo que no iban a haber opciones
veganas”, recuerda sobre esa época.
En la actualidad, el panorama es otro: no solo los menús de restaurantes y
picadas consideran a aquellos que no comen carne, sino que es muy fácil
encontrar en grandes supermercados, incluso en almacenes de barrio, productos
alternativos. De hecho, la start up chilena Not Co. se ha hecho conocida
a nivel internacional por presentar alimentos hechos a base de plantas, los que
se pueden encontrar en diferentes países de América.
De acuerdo a Mariam Riera, especialista en Desarrollo de Proyectos y
Productos del Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA),
este fenómeno no responde a una simple moda, porque este tipo de alimentación
ha sido promovida durante muchos años en Chile. Según la especialista, en la
actualidad “ha adquirido más adeptos debido a la mayor
difusión de información, y preocupación por parte de los consumidores, por
temas medioambientales, de salud y bienestar animal”.
Aprendiendo a cocinar
Los animales fueron la causa de
que Jazmín decidiera dejar de comer productos de origen animal. A los 21 años,
esta intérprete de conferencia se motivó a incursionar en el veganismo,
sorteando una serie de dificultades propias de la época. Por ejemplo, había
poca información en español sobre el tema, la que existía estaba en otros
idiomas y también adaptada a la realidad de sus países de origen que poco tenía
que ver con Chile. Por otra parte, tampoco existía una comunidad de veganos consolidada
en nuestro país con la cual dialogar.
Valiéndose de su profesión,
Jazmín consideró que la mejor forma de facilitar una transición a esta
alimentación era escribiendo información sobre cómo alimentarse bien a través
de la página web Fuente Vegana.
“En esa época el tema que más
me preocupaba era justamente lo nutricional, porque conocías personas que se
hacían veganas y no sabían que tenían que suplementarse con B12, o que iban al
médico y no sabían qué cosas preguntar. Así que traduje información básica y
confiable para que la gente que se hiciera vegana estuviera sana, porque mi
mayor miedo era que dejaran de serlo por problemas de salud”, explica.
Tras considerar que el sitio web
había cumplido su ciclo vital, Jazmín comenzó Las Cocineras Metaleras,
un proyecto que a la fecha ya supera los 44 mil seguidores solo en Instagram.
De manera periódica va subiendo diferentes recetas que tienen como fin poder
comer rico sin tener que considerar lácteos, carnes o huevos en la receta.
“Yo veía en otros países que
era positivo ser vegano, y siento que recién en Chile estamos avanzando en esa
línea. Sé de personas que no son veganas, pero compran productos veganos porque
creen que es mejor para el medioambiente, para los animales o para su salud, y
no les cuesta porque por fin hay alternativas. Ahora el término vegano está
adquiriendo una connotación más positiva”, detalla Jazmín.
El desarrollo de la industria
Veganuary es una iniciativa internacional
que invita a las personas a probar el veganismo durante el mes de enero, además
de coordinar y promover diferentes actividades. Según cifras entregadas este
año por la organización, nuestro país lidera a nivel latinoamericano la oferta
de productos veganos, creciendo un 8% durante los últimos 4 años.
Además del creciente interés por
parte de la población por este tipo de dietas, Mariam Riera, especialista en Desarrollo de Proyectos y
Productos de CeTA, indica que Chile cuenta con un gran potencial para
desarrollar este tipo de productos: “en nuestro país tenemos factores claves,
como capital humano avanzado, tecnologías disponibles, incentivos que permiten
disminuir el riesgo en innovaciones que presentan alta incertidumbre
tecnológica, apoyo en las distintas fases de un emprendimiento y una industria
alimentaria cada vez más abierta a generar innovación colaborativa”, detalla.
Sobre esta gran oferta que
actualmente se aprecia en Chile, Riera agrega que el fenómeno está asociado al
desarrollo que ha tenido el país en materia de innovación, alentado por la
construcción de un ecosistema robusto que apoya desde distintas aristas a
empresas y emprendedores para generar nuevos productos.
“En el desarrollo de productos
plant-based existe una gran combinación entre la utilización de tecnologías
tradicionales de una manera no convencional, la extracción y/o utilización de
ingredientes que pueden imitar alguna funcionalidad de sabor o textura y la
aplicación de nuevas tecnologías. En este sentido, en Chile contamos con
investigadores enfocados en el desarrollo de estas soluciones y con capacidades
instaladas en centros como CeTA, que disponibilizan tecnologías a nivel piloto,
lo que permite generar una mayor cantidad de pruebas con menos recursos
involucrados, factores claves en el proceso de innovación”, explica Riera.
Por otra parte, la especialista
indica que Chile será uno de los pocos países de Latinoamérica que contará con
la tecnología de cocción por extrusión con alto contenido de humedad (HMEC,
por sus siglas en inglés), que permite procesar ingredientes proteicos
funcionales para convertirlos en texturas similares a las de la carne.
Miles de alternativas
“Ser vegano hace unos años era
complejo y frustrante: porque tenías que dedicar mucho tiempo a cocinar,
prescindir de muchos alimentos de gusto común, tener que llevar siempre tu
comida a reuniones sociales, entre muchas otras situaciones. Si bien la
alimentación vegana es bastante variada, llena de sabores nuevos e increíbles,
el uso o consumo de productos derivados de animales se encuentra muy arraigado
a nuestra cultura y gustos personales, así como también a la industria
alimentaria chilena”, puntualiza la especialista de CeTA.
Si bien el cambio no es sencillo
y no es factible que sea de la noche a la mañana, Jazmín, por su parte, indica
que las cada vez más accesibles opciones que se encuentran en supermercados facilitan
mucho el cambio.
“Creo que es muy alentador,
porque si bien a los veganos viejos ya no nos llaman tanto la atención estas cosas,
siento que para la gente nueva estos productos ayudan un montón para lograr ese
cambio de switch. Es hermoso pensar que una persona está pensando en cambiar su
alimentación por motivos medioambientales, por los animales o por su propia
salud y que puedan comerse una hamburguesa que a ellos les sabe como
hamburguesa, porque así se les hace más fácil el cambio. Creo que es importante
que existan estos productos para que la gente se atreva a dar un primer paso”,
opina la creadora de Las Cocineras Metaleras.
Los Premios Viva Chile Packaging son una iniciativa del Centro de Envases y Embalajes de Chile – CENEM y nacen para para reconocer públicamente las
buenas ideas e incentivar la creación en la industria de packaging chilena, en
especial aquellas que favorezcan al desarrollo de un mundo sustentable.
Los Premios #VivaChilePackaging buscan incentivar la innovación, el desarrollo
tecnológico y la creatividad asociada a la industria de envases y embalajes en Chile, con foco en
la economía circular, el atractivo visual para los consumidores, el cuidado y
seguridad de los productos envasados y su funcionalidad, así como la innovación
y el uso de nuevos materiales e insumos.
También se busca reconocer los esfuerzos de la
industria del packaging, proveedores de materias primas y empresas que ponen
sus productos y marcas en envases destacados. Los envases presentados gozarán
de gran prestigio y difusión en el país
y en otras regiones del mundo. Serán exhibidos y premiados durante una
ceremonia especial con presencia en medios de prensa y redes sociales.
Los envases ganadores tendrán la oportunidad exclusiva de representar a Chile en el certamen más importante de la industria global del packaging: los WorldStar Award organizados por la Organización Mundial del Packaging – WPO.
El martes 28 de septiembre Espacio Food & Service realizará el primer Congreso Internacional Alimentario Foodture 2021, donde se discutirán los desafíos que enfrentamos del presente y futuro de la alimentación.
Espacio Food & Service nace el año 2011 con la finalidad de brindar un espacio de encuentro y de negocios, donde convergen las empresas, proveedores, organismos públicos y profesionales de la industria alimentaria.
El evento, que se desarrolla cada año en el Centro de Eventos y
Convenciones Espacio Riesco, es considerado el más importante de la
industria alimentaria en Chile y un referente a nivel Latinoamericano.
Espacio Food & Service está categorizada como una feria
internacional, que recibe en cada edición a más de 22 mil personas,
quienes se reúnen para observar las últimas novedades y tendencias en
productos, servicios y tecnologías. Además, los participantes pueden
conocer en qué está el mercado, los nuevos requerimientos de la
autoridad y finalmente las tendencias del sector. Es una instancia que
además permite generar nuevas oportunidades de negocios.
Este año se realizará el primer Congreso Internacional Alimentario, el que será en modalidad online. Para ser parte de este evento es necesario registrarse en la página web de Espacio Food Service.
Las nuevas instalaciones del Centro Tecnológico
para la Innovación Alimentaria (CeTA), ubicadas al interior del Parque Carén de
la Universidad de Chile, fueron presentadas a través de un evento online
público. En la oportunidad participaron destacados exponentes de la industria
alimentaria.
El jueves 12 de agosto se realizó la inauguración virtual del Centro de
Innovación Carén, las nuevas instalaciones del Centro Tecnológico para la
Innovación Alimentaria (CeTA), que dará respuesta a las necesidades de la
industria alimentaria para la zona central del país.
El evento fue abierto a la comunidad y un centenar de personas pudo
apreciar cómo es el nuevo centro y los desafíos que tiene la industria en la
actualidad. Esto fue posible gracias a la presencia de destacados invitados, quienes
participaron de un panel de conversación donde se abordó la importancia de
contar con un centro como este en el país, tanto para la economía como para
emprendedores, empresas e investigaciones académicas.
Fernanda Faúndez, encargada de Vinculación y Desarrollo del CeTA, estuvo a
cargo de la presentación de la instancia, mientras que Jean Paul Veas, director
ejecutivo de la entidad, moderó el panel de conversación. Además, el gerente de
capacidades de Corfo, Fernando Hentzchel, dio la bienvenida a todos los
asistentes conectados.
El panel fue integrado por el académico de la Pontificia Universidad
Católica, Eduardo Agosín; la CEO de The Imperfect Project, Adriana Behm; la
Gerente de Innovación Corfo, Rocío Fonseca; el CEO de NotCo., Matías Muchnick;
el Gerente General de Orizon, Rigoberto Rojo y la Gerente de Transforma
Alimentos, Graciela Urrutia.
Los panelistas fueron divididos en dos grupos: el primero de ellos estuvo
compuesto por los representantes de Transforma Alimentos, Corfo y la
Universidad Católica, quienes expusieron sobre las oportunidades que ofrece la
instalación de un centro de CeTA para el futuro, respecto a la innovación y a
la posibilidad de diversificar la matriz alimentaria como opciones para el
emprendimiento en Chile. El segundo grupo, en tanto, fue integrado por los CEOs
de NotCo. y de The Imperfect Project, junto al gerente general de Orizon,
quienes conversaron sobre los desafíos en innovación y el desarrollo de
productos que potencia CeTA.
Matías Muchnick, quien lidera una de las empresas más exitosas de Chile y
que recientemente recibió la categoría Unicornio, destacó cómo el Centro de
Innovación Carén permitirá abrir una nueva gama de negocios a miles de
emprendedores que tienen revolucionarias ideas para implementar en el país y el
mundo.
“Cuanto más nosotros acerquemos el laboratorio a la realidad es cuanto
más valor vamos a generar (…) Para nosotros CeTA es eso, acerca la ficción a la
realidad, nos acerca a probar más rápido los productos, a fallar más rápido y a
generar mejora continua mucho más rápido. Es lanzar, probar, mejorar. Antiguamente
nos demorábamos, en promedio, dos años o tres años, la industria en general se
demora hasta cuatro años en un producto, y nosotros en NotCo. nos estamos
demorando 3 meses, y eso que no tenemos a CeTA”, indicó el CEO de NotCo.
El Centro de Innovación Carén fue inaugurado, de forma presencial, el pasado 28 de julio, oportunidad en la que estuvieron presentes los ministros de Economía, Fomento y Turismo, Lucas Palacios, y de Agricultura, María Emilia Undurraga, además del vicepresidente de Corfo, Pablo Terrazas, y los rectores de la Universidad de Chile y de la Pontificia Universidad Pontificia, Ennio Vivaldi e Ignacio Sánchez, respectivamente.
Con el objetivo de incorporar de forma intensiva las
variables I+D+i a los procesos productivos de la industria alimentaria, el
nuevo recinto busca constituirse como un centro de pilotaje y escalamiento de
productos que aporte valor a iniciativas tanto de empresas como emprendedores.
Sus operaciones se inician con seis líneas de
trabajo, las que irán aumentando progresivamente hasta completar 19 para el año
2023.
Santiago,
28 de julio de 2021.- Con la presencia los ministros de Economía, Lucas Palacios y
de Agricultura, María Emilia Undurraga; el vicepresidente ejecutivo de CORFO,
Pablo Terrazas; los rectores de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, y de la
Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, y la presidenta del
directorio de CeTA, Pilar Parada, hoy fue inaugurado el Centro Carén, la última
iniciativa del Centro Tecnológico para la Innovación en Alimentos (CeTA),
marcando un punto de inflexión para la industria de este mercado.
Con
una planta de 1.065 m2, el recinto ubicado dentro del Parque Carén de la
Universidad de Chile, en Pudahuel, busca constituirse como un centro de pilotaje
que entregue respuestas a las crecientes necesidades de la industria de
alimentos. De esta forma, emprendedores, investigadores y empresas podrán
testear tecnologías de procesamiento para entregar el mayor valor agregado a
las materias primas nacionales, a través de la innovación en nuevos productos.
Su
estructura se basa en un diseño sustentable, de vanguardia y enfocado en la
economía circular. En su primera fase, tendrá seis líneas de procesos,
enfocadas al desarrollo de ingredientes a partir de materias primas
agropecuarias, con foco en las necesidades y tendencias del mercado de etiqueta
limpia, buscando escalar a nivel piloto los desarrollos realizados en
investigación en las universidades y empresas especializadas. Para el 2023 se
espera operar con 19 líneas de trabajo que abarquen las distintas
necesidades del sector.
El
vicepresidente ejecutivo de CORFO, Pablo Terrazas, agregó que “es un orgullo
ver que hoy se inaugura el primer CeTA de la zona central, que se une al del
norte y sur de nuestro país, y que contó con el apoyo de Corfo. Iniciativas
como estas permiten que nuestros emprendedores, a través de la innovación,
agreguen valor a sus proyectos, para así convertir a Chile en una potencia
agroalimentaria de talla mundial, de cara a la reactivación sostenible de
nuestra economía”.
En
esta misma línea, el ministro de Economía, Lucas Palacios, destacó que “el
desarrollo del país es tarea de todos y la inauguración de este centro marca un
hito, porque permitirá mejorar y facilitar el acceso a la innovación, generando
un espacio donde científicos y académicos podrán trabajar junto a grandes
empresas, pero también de la mano de emprendedores de toda la zona central,
quienes podrán conseguir ese empuje que necesitan para convertir su idea, en un
negocio. Hoy vemos consolidado un proyecto que fortalecerá al rubro alimentario
chileno, haciéndolo más competitivo, con productos más saludables y que dará un
nuevo impulso a una industria clave para el futuro de Chile. Un país que
potencia la innovación es un país más resiliente y un lugar con más y mejores
oportunidades”.
Por
su parte, la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, señaló que
“hoy concretamos un gran hito con la
inauguración de este centro tecnológico, que representa además el espíritu de
uno de nuestros ejes de trabajo, que es la modernización, la innovación y la
competitividad, a través de una iniciativa
público-privada que nace gracias al compromiso de diversos actores, incluyendo
a la academia y permitiéndonos
disminuir las brechas
identificadas en la industria de alimentos, buscando un desarrollo más
diversificado, sustentable y que contribuya al crecimiento de las
exportaciones. Felicito a todos quienes han sido parte y han creído en este
proyecto, que beneficiará a emprendedores y Pymes ligadas al mundo rural,
agrícola y forestal, permitiendo el desarrollo de sus innovaciones, productos sanos,
sustentables, con valor agregado y con un mayor aporte nutritivo”.
En
tanto, el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, indicó que “la
industria alimentaria es una de las áreas estratégicas en las que la
colaboración público-privada puede mejorar la calidad de vida de la población
en general. Nos enorgullece que este tipo de trabajo transdisciplinario se
potencie con el nuevo Centro de Innovación del Parque Carén de la Universidad
de Chile y esperamos que se vaya ampliando a cada vez más áreas”.
Por
su parte, el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez,
agregó que “estamos muy contentos como universidad con la inauguración de
este centro que permitirá acelerar el desarrollo innovador de alimentos con
impacto global, gracias a una infraestructura de pilotaje única, a lo largo del
territorio, fortaleciendo un trabajo conjunto entre la academia y el sector
productivo, particularmente con pequeñas y medianas empresas”.
El Centro de Innovación
Carén es la iniciativa más importante emprendida por CeTA desde su fundación. Las
obras iniciadas en octubre de 2019 significaron una inversión de 59.000 UF, las
que avanzaron con celeridad superando las dificultades derivadas de la pandemia,
permitiendo el inicio inmediato de operaciones. Por otra parte, en equipamiento
de alto estándar se han invertido hasta ahora alrededor de 400 millones de
pesos.
Jean
Paul Veas, director ejecutivo de CeTA, destacó este hito como
el más importante en la historia de la corporación. “Con este nuevo centro,
CeTA cuenta con el potencial para atender demandas no solo de empresas, sino
que también iniciativas de emprendedores y proyectos de investigadores de las
universidades. Esto permitirá generar un cambio sin precedentes en el
ecosistema de la innovación en el rubro alimenticio nacional. Con el inicio de operaciones
del Centro de Innovación Carén, CeTA consolida su rol en la industria
alimentaria apuntando a fortalecer al sector como un pilar del desarrollo país”.
El Centro Tecnológico para la Innovación en Alimentos (CeTA), es una corporación originada al alero de CORFO, dependiente del Ministerio de Economía.
Características principales Centro Carén El Centro Carén fue concebido con un diseño de vanguardia, que permite una panorámica en 360 grados del Parque Carén, de la Universidad de Chile. El Centro abarca un área de 1.065 m², con 544 m² dedicados al pilotaje y prototipaje, 110 m² de área para laboratorio de control de procesos, y 40 m² de bodegas, dejando un 10% de la superficie para oficinas y salas de reuniones.
Seis líneas de producción 1.- Línea de desarrollo de salsas. Desarrollo de productos semi líquidos o viscosidad media a partir de materias primas hortofrutícolas y/o pecuarias. 2.- Línea de aceites. Extracción y estabilización de aceites de materias primas y subproductos de la cadena agroindustrial 3.- Línea de snacks extruidos. Desarrollo de nuevos productos tipo snacks, como cereales para el desayuno, soufflés, entre otros. 4.- Línea de aislados proteicos. Nuevas alternativas de aislados proteicos para desarrollo de nuevos productos, siguiendo tendencias plant based. 5.- Línea de ingredientes/colorantes. Desarrollo de ingredientes y aditivos 6.- Línea de fermentados. Nuevos productos con procesos de fermentación para desarrollo de productos simbióticos (prebióticos, probióticos).
Director de Corfo Araucanía y gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, como así también el recientemente electo gobernador de la región, visitaron las dependencias sureñas de CeTA, ubicadas en la Universidad de La Frontera. En la oportunidad pudieron ver los proyectos desarrollados y la capacidad de las instalaciones que la han convertido en un referente en la industria de la alimentación.
El Centro de
Innovación Sur del Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA) se
ha transformado en un punto de encuentro entre la innovación y emprendedores y
pymes de la zona sur de Chile. Esto ha sido posible gracias a la diversa
variedad de proyectos en desarrollo, utilizando como materias primas arándanos,
maqui y otros frutos del sector.
Considerando la
importancia de las instalaciones, un trabajo en conjunto de CeTA y la
Universidad de La Frontera (UFRO), el jueves 8 de julio autoridades regionales
visitaron el Centro de Innovación para conocer el funcionamiento, la forma en
que se trabaja y los proyectos desarrollados en el lugar.
En la
oportunidad estuvieron presentes Patricio Esparza, director de Corfo Araucanía;
Luciano Rivas, gobernador electo de la región, y Fernando Hentzchel, gerente de
Capacidades Tecnológicas de Corfo. Las autoridades fueron recibidas por Jean
Paul Veas, gerente general de CeTA, por el Dr. Eduardo Hebel, rector de la UFRO
y por Luis Torralbo, director del Instituto de Agroindustria.
De tres
centros con los que cuenta CeTA, el del sur fue el primero en ser inaugurado.
Actualmente cuenta con diversas líneas productivas y con 45 equipos para
pilotar, prototipar y hacer un escalamiento industrial de productos.
El director
de Corfo Araucanía, Patricio Esparza, indicó que “como
Corfo estamos siempre orientados a potenciar iniciativas que ayuden a los
emprendedores a mejorar su producto o diversificarlo. El CeTA, financiado con
recurso públicos, es una oportunidad para quienes necesiten asesoría, desde
cómo mejorar una etiqueta hasta cómo añadir valor agregado a sus productos”.
En tanto, el
gobernador electo de La Araucanía, Luciano Rivas, destacó cómo se ha potenciado
el trabajo desde los emprendedores locales y cooperativas. “Hoy lo que
estamos buscando es pasar de las materias primas a alimentos con mayor
funcionalidad. Es muy interesante el acompañamiento, desde el proceso hasta el
embalaje, y estas son alternativas que estamos ofreciendo a un mundo que nos
exige nuevas formas de alimentación. Este es un apoyo al desarrollo territorial,
al abrir líneas productivas distintas, y las conclusiones son absolutamente
positivas para nuestro crecimiento regional”, detalló.
Para Fernando
Hentzchel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, la situación de los
emprendedores de la industria de la alimentación era un problema, ya que no
contaban con espacios en donde pilotar nueva oferta y nuevas formas de agregar
valor a productos endémicos, como berries y leguminosas. En ese sentido,
recalcó los avances que se han logrado en el Centro de Innovación Sur, desde
donde se han producido snacks de legumbres y productos frutícolas que responden
a dietas como la keto y vegana.
Respecto al
aporte académico que se realiza a los productos, Eduardo Hebel, rector de la
UFRO, indicó que “acá tenemos una investigación aplicada, una investigación
con sentido que va en beneficio de las personas y de la calidad de vida, no
solo desde el punto de vista nutricional, sino de estimular las pymes, mipymes
y también ser un motor de la economía regional con una investigación que está
aportando a movilizar los distintos sectores productivos”.
En tanto,
Jean Paul veas, gerente general de CeTA, hizo hincapié en los conceptos que
guían a los proyectos desarrollados en las instalaciones, como los de
innovación, economía circular y agregación de valor a las materias primas y a
los productos terminados. “En ese sentido, esperamos que esta línea de
trabajo continúe no solo en el sur, sino que también en Coquimbo y en la región
Metropolitana, donde se ubican los otros centros de CeTA”, puntualizó.
El
cochayuyo es un alimento lleno de fibra, capaz de ayudar a mantener el
peso, disminuir los niveles de colesterol y controlar la glucosa en la
sangre. Sin embargo, en nuestro país su uso no es masivo y una empresa
nacional quiere cambiar el escenario con innovadora propuesta.
Es
indudable que nuestro país cuenta con una amplia gama de súper
alimentos que podrían tener un positivo impacto en la salud de todos los
chilenos, quienes recurrentemente sufren de patologías derivadas de la
obesidad, la diabetes y el colesterol alto. A lo largo de Chile es
posible encontrar productos que rebosan antioxidantes -con frutos como
el maqui y el calafate-, a otros que poseen altos niveles de fibra y
polifenoles, entre otros compuestos, pero el principal problema es que
su consumo es bajo en la población. Tal es el caso de un patrimonial
recurso que podemos encontrar en las costas de nuestro país: el
cochayuyo.
De
hecho, la mención a condiciones como obesidad, diabetes y colesterol
alto no es gratuita, ya que diversos estudios han demostrado la eficacia
de los nutrientes que posee el cochayuyo para combatirlas. Por ejemplo,
puede ayudar a controlar la obesidad al producir saciedad debido a la
gran cantidad de fibra que posee -como así también a controlar los
niveles de colesterol- y permite bajar el nivel de glucosa en la sangre
gracias a compuestos como los betaglucanos (polisacáridos) y polifenoles
(antioxidantes).
Aunque,
tal y como se mencionó, el principal problema es que los chilenos no
consumimos cochayuyo, ya que muchas veces resulta complicado no solo por
el fuerte sabor marino, sino que también por su preparación, que
implica una exhaustiva limpieza para eliminar arena que pueda traer. Por
este motivo es que la empresa chilena Seaweed Place ha experimentado
muchos años en diferentes productos para incentivar el consumo de esta
alga, creando innovadoras propuestas como una ensalada instantánea de
algas chilenas, salsa boloñesa de cochayuyo e, incluso, chocolate con
algas.
El
último producto que lanzarán al mercado consiste en suflé de cochayuyo.
Hechos sobre una base de harina de maíz, este snack está compuesto por
cerca de un 20% de esta alga. El producto vendrá en cuatro formatos, con
diferentes sabores: queso, pesto, merkén y tomate albahaca. Además del
aporte del cochayuyo en sí, como la fibra dietética que aporta, también
estos snacks serán una excelente fuente de calcio, fierro y magnesio.
El
director comercial de Seaweed Place, Juan Francisco Aldunce, detalla
que una porción de 35 gramos equivale a comerse una ensalada de
cochayuyo de más de 50 gramos hidratada; es decir, en un formato más
pequeño y con un sabor más amable, será posible consumir la misma
cantidad de nutrientes que en un plato de estas algas.
“En
Chile, el alga más consumida es el cochayuyo y después el luche, pero
la verdad es que el consumo es muy bajo, no creo que lleguemos al kilo
per cápita al año. En países como Japón, el consumo de una persona al
año llega a los 40 kilos. Creo que estamos muy lejos de eso, pero por
eso es que trabajamos desarrollando estos productos y también con
instituciones como la Junaeb, para incorporar en los menús para niños
este tipo de alimentos”, explica Aldunce.
El
proyecto fue posible gracias a los fondos del programa Corfo Conecta y
Colabora, que permitió que desde Seaweed Place trabajaran en conjunto
con el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), la
Universidad de Chile y la empresa Clextral. El proceso que se utiliza
para obtener este snack se llama extrusión y se lleva a cabo en la
Facultad de Ciencias Agronómicas del plantel universitario.
La
extrusión es un proceso por el que un alimento puede adquirir nuevas
formas, texturas y sabores, gracias a una máquina que regula la
temperatura y a una matriz que permite dar forma al producto. Álex
Cabrera Peña, encargado del Laboratorio de Extrusión de la Facultad de
Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, explica que, en el caso
de los snacks de cochayuyo, “se mezclan harina de algas junto con un
cereal como el maíz. Estos ingredientes se procesan en nuestro equipo,
un extrusor pequeño, al que se agrega agua y se aumenta la temperatura,
generando una energía mecánica para conseguir la forma de suflé”.
Mariam
Riera, ingeniera de desarrollo a cargo del proyecto en CeTA, explica
que este tipo de iniciativas son claves para que Chile pueda acceder a
más opciones saludables de alimentación. “Este tipo de productos,
como el que estamos desarrollando junto a Seaweed Place y la Universidad
de Chile, es uno de los objetivos a lo que apuntamos como Centro de
Innovación: rescatar el consumo de alimentos patrimoniales, como el
cochayuyo, para que las personas lo incorporen a sus dietas. El hecho de
que muchas personas no coman cochayuyo, porque les disgusta su sabor,
puede ser solucionado gracias a la tecnología que contamos sin que eso
implique la pérdida de nutrientes de estos alimentos”, detalla Riera.
Durante
el transcurso de julio se podrá obtener este innovador snack en
www.comealgas.cl, donde además se pueden adquirir los otros alimentos
desarrollados por esta empresa.
La alimentación saludable en los niños es,
en muchas oportunidades, un objetivo difícil de lograr. El consumo
desproporcionado de comida chatarra, junto a las dificultades que ha traído
consigo la vida en pandemia, ha intensificado los problemas de salud entre los
menores de edad, de los cuales más de un 30% experimenta niveles de obesidad,
de acuerdo a datos manejados por el Instituto de Nutrición y Tecnología en
Alimentos (INTA).
Considerando estos antecedentes es que la
Cooperativa Caleta San Pedro junto a la Asociación de Industriales y Armadores
Pesqueros de Coquimbo presentaron un proyecto que busca generar una opción
alimentaria que se base en los beneficios del jurel, especie tradicional de la
zona. Gracias al financiamiento de Conecta y Colabora de Corfo y con el apoyo
del Programa Estratégico Regional MásMar y el Centro Tecnológico para la
Innovación Alimentaria (CeTA), el producto que será desarrollado consiste en un
nugget que tiene al jurel como principal componente.
Guillermo Molina, gerente del Programa
Transforma MásMar,
destaca que la idea es presentar una
propuesta innovadora que rompa con la forma en que usualmente se consume esta
especie. “Es un nugget que busca abordar un segmento que hoy no está
cubierto por el jurel, sino que por otros productos. El jurel destaca por sobre
otras especies, ya que tiene un alto contenido en Omega 3 y en nuestra región
se da de forma muy abundante”, detalla.
Este pescado posee propiedades
nutricionales que deberían fomentar su consumo, como son su alto contenido en
vitaminas A, B3, B12 y D y una considerable cantidad de proteínas (19,75 grs.
por cada 100 grs.). En los últimos años
el Trachurus murphyi se ha destinado principalmente para la producción
de harina de pescado, de esta manera este proyecto espera replantear la importancia
que puede tener en la dieta de los chilenos.
Lorena Pacheco, jefa del Centro de
Innovación Norte de CeTA, agrega sobre las propiedades del pescado que “el alto nivel de ácidos
grasos como Omega 3 que tiene el jurel ayuda a rebajar el colesterol en la
sangre en adultos y en los niños desempeña un papel en el desarrollo y la
función cerebral, especialmente en el aprendizaje y la memoria, se recomienda
que los niños consuman más cantidad de ácidos grasos omega 3 para mejorar su
rendimiento escolar”.
Todos estos beneficios que tiene el jurel
lo postulan como una gran materia prima para potenciar productos del mar a
nivel nacional. Es por lo que, para incentivar su consumo el nugget fue el
formato de presentación, ya que se espera que sea un producto cercano a las
personas y, sobre todo, una alternativa para programas nacionales de
alimentación escolar, como el de la JUNAEB.
El director regional de Corfo Coquimbo, Gregorio Rodríguez, destacó
que es importante apoyar estas iniciativas que están enfocadas en ampliar la
matriz alimentaria de productos del mar. “En este caso, el jurel es una
especie que se da de forma abundante en nuestra región y este formato que está
desarrollando el CeTA tiene una alta demanda y potencial comercial, por ende,
es tremendamente positivo que esto llegue a buen puerto”, agregó.